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  • Àlex Soliva Fò

BASILEA

La Capital Cultural de Suiza

Finalmente, después de una semana movidísima llego al último destino de la ruta: Basilea, por lo que vuelvo a entrar en Suiza. Creo que la ciudad de Basilea es el broche perfecto para cerrar esta larga ruta por el Rin, dado que está situada justo en la frontera entre los tres países que he visitado a lo largo de mi estancia: Francia, Alemania y Suiza, además de que paradójicamente es la única localidad que atravesada directamente por el Rin. Se habla alemán con dialecto suizo, pero al estar parte de la ciudad en Francia también se oye mucho francés, ¡por lo que es la mezcla perfecta para poner fin a la ruta!


Vengo de Estrasburgo y habiendo pasado por Colmar en un mismo día, lo que creo que me condiciona a ver a Basilea como una ciudad mucho más fría. Después de haberme acostumbrado a las coloridas casitas de Alsacia y a su ambiente más pintoresco y pueblerino, me contrasta muchísimo con el ambiente de gran ciudad que se respira en Basilea. De hecho, es la tercera más grande de Suiza, después de Ginebra y al entrar hay un cartel que se refiere a ella como Kulturhauptstadt der Schweiz (Capital Cultural de Suiza), debido a la gran cantidad de museos que acoge.


Comienzo este último recorrido infiltrándome en un grupo de turistas alemán con el que voy coincidiendo y cuya guía creo que me enseñará muy bien la ciudad, además de que así practico alemán. Según lo que explica, el casco antiguo de la ciudad se puede dividir en dos partes: la más antigua y cercana al río que se encuentra en una pequeña colina y tiene un ambiente más bien de pueblo, y la que la rodea con muchas tiendas y más actividad, por donde empieza el recorrido. Me recuerda al Paseo de Gracia de Barcelona evidentemente con el estilo local. De repente, la guía toma una desviación para ir al Lohnhof, una zona un poco más elevada y donde repentinamente las casas vuelven a ser pintorescas y pequeñas. Sin duda, el que más destacaría de esta parte del centro basiliense es el ayuntamiento que destaca muchísimo por su rojez, dado que la mayoría de los edificios históricos de la ciudad son de color blanco, lo que de hecho es lo que le da un ambiente bastante frío. En esta preciosa plaza del Rathaus veo un estante donde venden pretzeles de sabores diferentes y originales, y como no quiero perder el grupo, me pido un Cheddarbrezel como comida.

  

RECUERDA QUE LAS FOTOGRAFÍAS ESTÁN AQUÍ: https://online.fliphtml5.com/gcicy/flti/


Llegamos a la orilla del Rin y me parece amplísimo teniendo en cuenta que estamos muy próximos a su nacimiento y muy lejos de la desembocadura. Desde el puente, hay unas vistas magníficas del casco antiguo y al mismo tiempo también es bastante chocante estar viendo tres países diferentes desde un mismo punto. A continuación, nos adentramos en el verdadero y pequeño casco antiguo de la ciudad y no tiene nada que ver con los grandes edificios anteriores. Sobre todo, destacaría la gran catedral con claustro y un entramado de pasillos llenos de cuadros.

 

No tardamos mucho en ver el casco antiguo y desgraciadamente pierdo de vista a la guía mientras hago fotos, por lo que me voy al otro puente de la ciudad para verla desde este otro punto. Mientras tanto, me encuentro algunos rincones bonitos, pero sobre todo lo que más veo son bicicletas. Todo el mundo va en bicicleta, da igual que haya llovido hace un rato o el desnivel de las calles. Incluso, me topo con un contador municipal del número de bicicletas que hay en la ciudad donde pone "Jedes Velo zählt", el hecho de que utilicen una palabra francesa para referirse a ellas creo que sintetiza bastante bien esta encrucijada de países que constituye Basilea.


RECORDA QUE LES FOTOGRAFIES SÓN AQUÍ: https://online.fliphtml5.com/gcicy/flti/


No sé si es porque llevo una semana entera paseando por lugares preciosos, pero en Basilea ya no me sorprende casi nada, he llegado a un punto en el que he normalizado demasiado estar rodeado de tanta belleza hasta el punto de no valorarlo a diferencia de cómo apreciaba cualquier edificio que veía el primer día en Ginebra; ¡ha llegado el momento de volver a casa ! Si has llegado hasta aquí espero que te haya gustado mucho acompañarme en esta experiencia y que te haya servido quizás para descubrir nuevos lugares a los que incluso ir. El espacio de la cuenca del Rin es enorme, muy diverso y con mucho que ofrecer. Tan solo he visitado una parte de su principio, por lo que ya es un buen anticipo o sneak-peek de todo lo que quedaría. ¡Muchas gracias!

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